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Bruce Nolop (Imagen: amazon.com) |
Ser socialmente responsable no tiene por qué estar enfrentado con maximizar el valor para el accionista. He aquí cuatro vías por las que estos dos objetivos, en apariencia contradictorios, pueden reconciliarse:
- Multiplicador de beneficios: en primer lugar, aunque las acciones de responsabilidad social puedan reducir la rentabilidad de una compañía, simultáneamente pueden producir un aumento en el multiplicador por el que se miden sus beneficios. En concreto, pueden aumentar la reputación de la empresa, reducir su riesgo percibido y hacer que sus acciones sean más atractivas para potenciales inversores, los cuales ven cada vez más la responsabilidad social como un requisito previo a invertir, o como un activo a diferenciar.
- Horizonte temporal: en segundo lugar, para maximizar el valor para el accionista, las compañías consideran normalmente un horizonte a largo plazo, es decir, de unos 5 a 10 años, lo que suele diferir con los horizontes a más corto plazo que prefieren muchos inversores. Si bien la responsabilidad social puede reducir el precio de la acción a corto plazo, este precio puede llegar a ser más alto finalmente, debido a las expectativas generadas a futuro, así como por haber evitado riesgos que podrían haber amenazado el valor de la compañía a largo plazo, o incluso su viabilidad.
- Externalidades: en tercer lugar, normalmente se considera una estrategia de riesgo el basar el modelo de negocio de una compañía en externalidades que a su vez dependen de los contribuyentes o de las generaciones futuras. Anticipar el coste integral de los productos o servicios es una mejor estrategia, así como reducir este coste o reflejarlo en el precio que pagan los clientes.
- Clientes y empleados: en cuarto lugar, la responsabilidad social es algo que con frecuencia es demandado por los clientes y deseado por los empleados. Por ejemplo, se ha convertido en algo muy común en las solicitudes de ofertas el requerir a los sumistradores que describan sus programas de sostenibilidad, con el objetivo de crear una cadena de suministro sostenible. Del mismo modo, la responsabilidad social puede ser una herramienta valiosa a la hora de reclutar y motivar a los empleados, especialmente a los que pertenecen a la generación Y, que quieren trabajar en compañías comprometidas, con valores corporativos ejemplares.
La conclusión es que la RSC debe enfocarse bajo el prisma de maximizar el valor para el accionista. Ya no es algo "que es bueno tener". Es un imperativo estratégico.
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Sobre el autor:
Bruce Nolop tiene actualmente 63 años. Ha sido el CFO de E*Trade Financial Corp. desde septiembre de 2008 hasta 2010, compañía de la que retiró a finales de marzo de 2011. También ha sido Executive Vice President y CFO de Pitney Bowes Inc. de 2000 a 2008. De 1993 a 2000 fue un Managing Director de Wasserstein Perella & Co. Antes de eso, fue Vice Presidente en Goldman, Sachs & Co., desde 1986 hasta 1993, tras trabajar para la Kimberly-Clark Corporation y Morgan Stanley & Co. Actualmente el Sr. Nolop es director independiente y presidente del Comité de Auditoría y Finanzas de la compañía privada CLS Group, que opera el sistema de liquidación multi-divisa más grande del mundo.
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Elaboración y traducción propias, a partir del texto original del autor (Bruce Nolop)
Fuentes: blog The Experts del Wall Street Journal (blogs.wsj.com), Amazon.com y Forbes.com