¿Es rentable para las empresas la RSE?
En esta entrada incluimos las reflexiones de Antonio Argandoña [1], sobre si la RSE es o no rentable para las empresas. Aunque en realidad estas reflexiones forman parte de un artículo en el que el autor se pregunta si la RSE puede ser rentable en las Administraciones Públicas, hemos rescatado únicamente la parte del artículo en la que habla de las múltiples ventajas de la RSE para las organizaciones privadas:
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Imagen: www.iese.edu |
[...] A propósito de la RSE: esta no tiene por qué ser cara, porque muchas acciones de responsabilidad social no implican gastos extraordinarios y, si los exigen, generan también resultados positivos, en muchos frentes.
En el ámbito legal y político, por ejemplo, la empresa socialmente responsable podrá conseguir un entorno más favorable, unas relaciones más fluidas con las agencias reguladoras, incluso la posibilidad de nuevas y mejores regulaciones, o la de ser oída en la preparación de nuevas normas; menores riesgos de denuncias y sanciones, y mejores relaciones con las Administraciones públicas (AAPP); por ejemplo, acceso preferencial a contratos, concesiones y ayudas.
También puede tener ventajas en las relaciones con clientes y proveedores, como una mejor imagen de marca y una mayor reputación; o la atracción de clientes más leales, que incluso pueden estar dispuestos a pagar más por los bienes y servicios de la empresa, debido a su conformidad con el cuidado del medioambiente, los derechos humanos o unas relaciones laborales satisfactorias.
Y puede disfrutar también de mejores relaciones con la sociedad en sentido amplio: armonía con sus expectativas y exigencias, menos conflictos, menores riesgos de publicidad negativa y boicots, mejores relaciones con los medios de comunicación, con los creadores de opinión pública y con los agentes sociales, etc.
Hay también ventajas internas u organizativas. Es probable que una empresa responsable tenga mayores facilidades a la hora de atraer, retener y motivar a los mejores empleados; mayor transparencia, moral y confianza en las relaciones con sus stakeholders internos y, en concreto, relaciones laborales más satisfactorias, mejor ambiente de trabajo, sistemas de gestión más efectivos, difusión de las buenas prácticas y una mejor supervisión de la cadena de suministro, etc.
Ese conjunto de ventajas internas y externas puede traducirse en mejores resultados financieros y económicos para la empresa.
Pero todo ello no basta para garantizar que los beneficios vayan a crecer como consecuencia de las políticas de RSE. Una empresa que no sea responsable ni ética puede ser muy rentable, al menos en el corto plazo, por la naturaleza de su actividad o por su manera de reducir los costes o de aumentar los ingresos (fraude, engaño, corrupción, etc.). Asimismo, una empresa no responsable puede copiar, al menos durante un tiempo, las políticas de otra responsable, adquiriendo algunas de las ventajas, al menos a corto plazo. [...]
[1] Antonio Argandoña es Profesor de Economía y titular de la Cátedra “la Caixa” de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo del IESE. Imparte clases principalmente en las áreas de macroeconomía, economía monetaria y economía internacional, además de publicar investigaciones sobre ética empresarial, responsabilidad social corporativa y gobierno de las organizaciones.
Fuentes: www.diarioresponsable.com y www.iese.edu